20 Minutos- El cantautor argentino-estadounidense presenta esta semana los temas de su último disco, 'Vivo en Buenos Aires', en Madrid y Barcelona. Se confiesa un admirador de Caetano Veloso y del flamenco, y no descarta encontrarle el punto al reggaeton. Lo suyo es confundir los géneros musicales y engarzarlos con juegos de palabras. Kevin Johansen, el inventor de la cumbia intelectual, del subtropicalismo o de la rumbita amilongada (o milonga derrumbada, apunta el músico) presenta estos días en España las canciones de su álbum Vivo en Buenos Aires. Nacido en Alaska, hijo de estadounidense y argentina y residente en Buenos Aires, se define como un autor ecléctico y un "des-generado".Dicen que tiene un récord de mudanzas. Con raíces en tantos lugares, ¿dónde cultiva sus semillas?. Los irlandeses dicen que su hogar es donde cuelgan su sombrero. El mío, desde hace 11 años, está en Buenos Aires, la misma ciudad en la que viví mi juventud y donde me enamoré por primera vez. Pasé la infancia en diferentes lugares de Estados Unidos: Arizona, California, Colorado… y hay ciudades como Nueva York en las que me sigo sintiendo como en casa. ¿Cuál de todos esos rincones le marcaron más musicalmente?. Tengo influencias tanto de Norteamérica como del sur. Tuve la fortuna de que mi madre era una gran melómana y en casa siempre había un disco de country, de tango y, por supuesto, de The Beatles, de Joan Baez o de Bob Dylan. Le llaman 'piojo' y 'des-generado', pero no parece preocuparle. Lo primero es por mi parecido físico con el jugador argentino de fútbol Claudio Piojo López. Lo segundo está relacionado con estar abierto a todo tipo de músicas, abandonar los prejuicios para escucharlas. Hay estilos que hoy te pueden sonar horteras y un día, de golpe, comienzan a sonarte bien. Aprender géneros nuevos me fascina. Y soy un buen alumno. Incluso el reggaeton, ese al que muchos de sus compañeros no miran con buenos ojos… Tengo un batería de 70 años que cuando le pedí un ritmo de reggaeton se rió y me dijo: "Esto se tocaba hace años en las fiestas judías". En ralidad, pocas cosas hay nuevas. La música se va creando y recreando. En cuanto a los prejuicios ante determinados sonidos, la música no tiene la culpa de ellos. La diferencia está en que esté bien o mal interpretada. ¿Cuál es la fusión que mejor se le da?. Tengo arraigado el tango, la milonga, el folk estadounidense… en realidad, todos son primos lejanos o cercanos. También he tocado alguna vez cumbia flamenca, en vez de rumba flamenca. Y en lugar de folklore, he hecho popklore. Estos son juegos de palabras que tienen que ver con la hermandad de los géneros. La música nunca pidió ni visa ni pasaporte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario