EM - El concierto que la cantante Marta Sánchez ha ofrecido esta noche en Madrid se ha convertido en un viaje en el tiempo que ha transformado primero el recinto en un club de los años 40 para posteriormente llenarse de luz y color en un espacio futurista, con el que la cantante ha mutado de Gilda a Supernova. La madrileña está ansiosa de novedades. No sólo por su último disco, 'De par en par', en el que ofrece una nueva mirada a sus grandes éxitos, sino porque estrena también formato de concierto, con una minirresidencia de cuatro noches en el Teatro Compac Gran Vía.
Con las aproximadamente 1.000 butacas del recinto llenas, se ha iniciado el espectáculo, que ha contado con el apoyo de dos bailarinas, seis músicos y un coro vocal de cuatro personas, que ha amenizado las reiteradas transiciones en las que Marta Sánchez ha aprovechado para cambiar su vestuario, cinco modelos en total.
Las primeras notas de 'Soy yo', con acompañamiento de contrabajo y saxo y un cortinaje de terciopelo rojo de fondo, han transportado al público a los años 40, con una Marta Sánchez enfundada en un vestido largo rojo, que inevitablemente evocaba al personaje cinematográfico de 'Gilda'. "Gracias por haber hecho posible estos 25 años de carrera", ha dicho la artista a sus seguidores tras interpretar en clave de swing y jazz sus temas 'En tus brazos' y 'Moja mi corazón'. "Es increíble que todavía haya gente que me sigue descubriendo", ha añadido en tono bromista.
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