Con Argentina, confiesa, está "desilusionado". Cree que está regresando a épocas siniestras como la de Menem –"debería estar preso"-, y eso a pesar de lo que supuso la llegada del matrimonio Kirchner al poder. "No soy oficialista, pero he seguido su labor por los derechos humanos; pero no son perfectos y han cometido errores muy grandes", continúa, "además, uno de los problemas de los argentinos es la falta de memoria". El compositor, no obstante, se siente muy orgulloso de su tierra, que promociona con su trabajo allá por donde va. Pero matiza, lo que él hace está sólo relacionado "con los contenidos", no con otros sectores del mercado como la distribución, que son los que están "en crisis". "La industria se quedó en la prehistoria; la revolución tecnológica iba a llegar tarde o temprano", sentencia. La música, sin embargo, "está mejor que nunca".
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