TP - Alice Cooper terminó decapitado, ahorcado, víctima de una enorme inyección letal y atravesado por varios clavos en una cámara en su último concierto. Y es que esa es la temática de su última gira, ‘Theatre of Death’. Tras deslumbrar a Madrid y Barcelona, ahora pasará por Valladolid y Santiago de Compostela antes de abandonar España. En Madrid no decepcionó. Está claro que otra cosa no podía esperarse del pionero en mezclar el espectáculo y el rock en concierto. Tras las horas varias de espera típicas de un concierto, unos teloneros tan inesperados como anecdóticos – que llegaron a recibir de vuelta una botella de agua que tiraron al público y a contar su apesadumbrada vida en los foros de internet – el telón se levantó y mostró durante un rato la calavera de Alice Cooper, portada de la gira.
Y por fin llegó. El primer tema fue “Schools out for summer”, con el cierra y abre sus conciertos en esta gira. El público saltaba, gritaba y cantaba, con el micrófono del propio Cooper, a coro las letras de las canciones que todos conocían ya de memoria y que estaban deseando oír en directo. Un buen directo, un Palacio de Vistalegre con buena acústica, la voz de un chaval de sesenta y dos años más joven que nunca y que sigue dando todo a su público de siempre, aunque en esta ocasión con algunas minorías cuanto más variopintas y hasta menores de edad.
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