IB - Los minutos de espera no fueron muchos según el reloj, ya que el show empezó puntual a las 21 horas, pero la ansiedad de los fanáticos se traducía en gritos enardecidos para que Rata Blanca suba a escena. Un Luna Park a oscuras dio paso al video de apertura del show, que llama a la reflexión del ser e invita a tomar conciencia sobre las "súplicas" de la Tierra, tan maltratada por el hombre. Durante 3 horas y 15 minutos, la banda del excelente guitarrista y compositor Walter Giardino y el brillante vocalista Adrián Barilari recorrió con veintitrés temas su nuevo álbum y gran parte de sus 21 años de historia.
En las más de tres horas de un show exquisito y prolijo también hubo lugar para los solos del tecladista Hugo Bistolfi y el baterista Fernando Scarcella. El percusionista se convirtió en un showman que logró algo pocas veces visto detrás de los tambores y redoblantes: desde lo más alto supo entretener y jugar con el público, que no podía esconder la simpatía que el más joven de la banda despertó. Luego llegaron los clásicos, esas canciones que todos se sabían de memoria y querían oír. Abrazando al rock and roll, Chico callejero, No es nada fácil ensordecieron al templo del boxeo, donde realmente estalló rock por cada costado.
"Todo tiene un final", se anticipó Barilari e incitó al público a jugar con los ya clásicos "oh, oh oooohh", juego en el que luego entró Giardino y terminó en una batalla de voz e instrumento que inició Mujer amante, el tema lento más aclamado de la noche, para dar paso al fin al ancestral La leyenda del hada y el mago, tema con el que vibró el estadio entre fuegos, humo y papelitos plateados. Un broche de oro para la vuelta de Rata Blanca al Luna Park, como parte de una gira que los llevará por México y Perú hasta fin de año, fecha en que quizás y, como ofrenda de Navidad, vuelvan a sorprender y a regalar más excelencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario